sábado, 11 de enero de 2014

Acacia Morada

Observo con novedad el crecimiento y colorido de esta Acacia morada (Acacia baileyana), cada vez que mis visitantes se detienen a preguntarme su nombre. 

viernes, 10 de enero de 2014

Sea

lo que sea, lo acepto, máxime cuando me es imposible cambiarlo.

miércoles, 8 de enero de 2014

lunes, 6 de enero de 2014

Tejo, enredo y comparto

Desde que decidi hacer mis regalos, mis manos se mueven al ritmo del placer por compartir con quienes me rodean mi manera de concebir formas, colores y dirigir mis pensamientos hacia el bienestar del momento en el que hago las labores, así como para quienes las disfrutarán.
Uso empaques reciclados como los frascos de vidrio y bolsas de papel, pues cada vez tengo menos plástico.

domingo, 5 de enero de 2014

Cocinar con el Sol

 En la búsqueda por cocinar alimentos con una mínima pérdida de nutrientes ahora tengo una caja-cocina solar para preparar mis comidas. Con ella uso el Sol , el cual actúa bajo el principio invernadero y me libera de estar pendiente de la cocción, ya que no existe el riesgo de que se quemen los alimentos.
 “Dejad que los ángeles de Dios preparen vuestro pan. Humedeced vuestro trigo para que el ángel del agua lo penetre. Ponedlo entonces al aire, para que el ángel del aire lo abrace también. Y dejadlo de la mañana a la tarde bajo el sol, para que el ángel de la luz del sol descienda sobre él. Y la bendición de los tres ángeles hará pronto que el germen de la vida brote en vuestro trigo. Moled entonces vuestro grano y haced finas obleas, como hicieron vuestros antepasados cuando partieron de Egipto, la morada de la esclavitud. Ponedlas de nuevo bajo el sol en cuanto aparezca y, cuando se halle en lo más alto de los cielos, dadles la vuelta para que el ángel de la luz del sol las abrace también por el otro lado, y dejadlas así hasta que el sol se ponga. Pues los ángeles del agua, del aire y de la luz del sol alimentaron y maduraron el trigo en el campo, y ellos deben igualmente preparar también vuestro pan. Y el mismo sol que, con el fuego de la vida, hizo que el trigo creciese y madurase, debe cocer vuestro pan con el mismo fuego. Pues el fuego del sol da vida al trigo, al pan y al cuerpo. Pero el fuego de la muerte mata el trigo, el pan y el cuerpo. Y los ángeles vivos del Dios Vivo solamente sirven a los hombres vivos. Pues Dios es el Dios de lo vivo y no el Dios de lo muerto.
(El Evangelio de los Esenios)